Actualmente es algo cada vez más habitual y es debido al cambio generacional. Gente que está más acostumbrada a navegar por la red, a realizar compras por internet y a buscar la respuesta de casi cualquier pregunta. En muy pocos años internet se ha convertido en el mayor escaparate de cualquier tipo de producto del mundo. Los fotógrafos de bodas no son ninguna excepción.
La facilidad que tienes al acceso de cualquier tipo de información desde el sofá de casa es absolutamente increíble. Podéis pasar horas visitando portfolios de diferentes fotógrafos de multitud de estilos fotográficos, estilos antes que habrás pensado para efectuar la búsqueda. Aún hoy existen personas reacias a la búsqueda de fotógrafos en internet para su contratación decantándose finalmente por los más cercanos posibles al lugar donde se reside.
No es que esa práctica no esté bien, sino que lamentablemente se pierde la oportunidad de poder tener un recuerdo lo más cercano a lo que tenemos en mente. Seguramente ese estilo, esas personas, esos fotógrafos que seguro puedan encajar casi a la perfección con vosotros estarán navegando por la red, donde podréis ver sus trabajos, sus vídeos, donde podréis contactar con ellos, hablar por teléfono o tener conversaciones mientras os veis a través de videollamadas con servicios como skype o facetime.
Pero aún así, hay un gran miedo o desconfianza en contratar fotógrafos que residan fuera del lugar donde vives. Habitualmente algunos (sin pretender generalizar) fotógrafos de toda la vida, aquellos que aunque hayan pasado los años el túnico cambio que han realizado ha sido pasar de cámaras analógicas a digitales, estos fotógrafos saben de esa desconfianza y en ocasiones aprovechan estas situaciones de desconfianza por parte de la pareja para ofrecer una serie de condiciones limitadas en la entrega de su trabajo que te ate a ellos si necesitas imprimir fotografías, o ampliaciones… Llegan a aprovecharse de estas situaciones no entregando los archivos digitales y en ocasiones, no son más económicos a demás de no ser el recuerdo que realmente nos hubiera gustado del día de nuestra boda.
Pero entonces… ¿Cuales son esos miedos que nos hacen depender únicamente de lo que tenemos cerca aunque no sea lo que estamos buscando? La respuesta puede ser la de siempre, miedo a lo desconocido. Puede que tal vez no nos transmita confianza contratar a un fotógrafo que se encuentra por ejemplo a quinientos kilómetros de distancia para un día importantísimo de nuestra vida. Pero esto no debería de ser así porque estamos perdiendo la oportunidad de tener aquello que sí nos gusta y se identifica con nosotros por el simple hecho de que se encuentra lejos.
Es muy importante tomarnos un tiempo en pedir presupuesto a nuestro Fotógrafo. Aquí una entrada que habla de ello: «Pidiendo presupuesto a nuestro fotógrafo de bodas»
Cuando vais a hablar con un fotógrafo, acudís a su estudio (si lo tuviera). Tenéis una entrevista con él donde os explicará cómo trabaja, qué tipo de álbumes puedes contratar, el precio de cada pack, las ampliaciones que puede regalarte, los tipos de papeles fotográficos y sus diferentes texturas, olores… en fin, todo un gran abanico de posibilidades que se extiende delante de ti y que puede llegar a atraparte definitivamente pero… ¿son esas las fotografías que realmente quieres al margen de todo ese abanico de materiales que las rodean? Te lo pregunto porque todos esos materiales estarán ahí siempre, y hasta evolucionarán en mejores conceptos, mejores formas de entrega, mejores papeles de impresión, etc, pero para capturar las fotografías sólo existe una única oportunidad y jamás podrá repetirse.
También quiero que comprendas una cosa, cuando acudes para contratar en tu pueblo o ciudad a tus fotógrafos de bodas porque te transmite más seguridad tenerlo cerca, ¿Cuántas veces lo verás antes del día de tu boda? Siempre puedes ir a visitarlo para ver si sigue ahí. Ahora pensemos en otro concepto; Buscas por internet, páginas de fotógrafos, buscas en google, pinterest, instagram y te encuentras con ese fotógrafo, no un fotógrafo de bodas, no, sino “el fotógrafo de tu boda” porque te encanta su estilo, el diseño de su web (reflejo de su personalidad), el color de sus fotos (marca personal en el procesado de las imágenes) pero resulta que reside a seiscientos kilómetros de distancia… ¿Sólo por eso no vas a entrar en contacto con él? Es posible pedirle la misma información que al fotógrafo de tu zona. Te comentará su forma de trabajar, podrás hablar con él por teléfono o por skype donde podrás verlo y piensa en la nueva generación de fotógrafos, son aventureros y les encanta viajar. Si lo que pudiera preocuparte es la posibilidad de que no se presente el día de la boda, no te preocupes por ello, esa misma posibilidad también la tienes con el fotógrafo que vive detrás de tu calle.
El presupuesto que puede pasarte el fotógrafo que has conocido en la web podrá incluir el desplazamiento y estancia dentro de un precio único o podrá dejar que tú le aconsejes sobre algún hotel u hostal ya que conoces mejor la zona. Piensa que para la tranquilidad del profesional y sobre todo la tuya, estará en el lugar del evento mínimo un día antes y marchará el día de después (Dependiendo del horario de la boda y los kilómetros). Contra todo pronóstico podrá llegar a ser más económico incluso que tu opción más cercana ya que muchos fotógrafos clásicos saben de este temor para contratar profesionales de fuera y aprovechan la oportunidad. Es muy común que los clientes de estos fotógrafos sean varías generaciones de familias y amigos porque a veces nos da pereza esforzarnos en buscar otras opciones que se identifique mejor con nosotros. Lamentablemente cuando entramos en razón y comprendemos que no es eso lo que realmente queríamos ya es demasiado tarde.
Sí es cierto que puede ocurrir que tengas acceso a tanta información fotográfica que pueda resultarte un poco agobiante, efectivamente eso no voy a negártelo porque es algo que nos ocurre a todos, pero debes creerme cuando te digo que obtendrás más pros que contras. Puedes crear tu propia guía de fotógrafos con enlaces a sus web para tenerlos debidamente localizados y poder así seguir sus trabajos durante algún tiempo, seguidlos en las redes sociales para estar más cerca de su persona y su forma de pensar. Creo que es un pequeño sacrificio que merece la pena por algo que te acompañará para SIEMPRE.
Con este texto no pretendo que dejes de contratar a fotógrafos de bodas de tu zona, sino que abras más la mente y contemples otras opciones que incluso pudieran beneficiarte
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