Con las últimas horas de luz. Después de un largo y frío día de rodaje realizamos una improvisada sesión boudoir entre sombras y el calor de la caldera que hizo posible simplemente el hecho de plantearnos la sesión.
Surgió de imprevisto, nada preparado. Como podréis ver en las imágenes, una sesión muy íntima, en la que la penumbra cobra gran protagonismo que es eclipsado sólo por la presencia de los cuerpos semidesnudos de nuestras preciosas protagonistas.
Ya sabéis lo que nos gusta jugar en sitios oscuros para poder dibujar con la luz, que al fin y al cabo es eso la fotografía ¿no?. Creemos que este tipo de sesiones dan aún más licencia para ello y que es así como nos gusta a nosotros afrontar sesiones boudoir, de una manera muy intimista
Canon 5D MarkIII, 35mm